Damián Riquelme
14 Jul

Desde la confesión personal al groove más festivo, estos cuatro artistas ofrecen una mirada propia del mundo que habitan. Hay letras que duelen, ritmos que invitan a moverse, y también canciones que buscan una conexión más profunda. Todos tienen algo para decir y lo hacen con estilo propio, sin disfrazar emociones ni repetir fórmulas.

Red Moon Yard – “This Year Is Gone”

El nombre ya lo dice todo Red Moon Yard se presenta como la primera banda de rock budista. Y suena raro, pero también interesante. “This Year Is Gone” es una canción que invita a mirar hacia atrás con calma, a dejar ir sin resentimiento. 

Tiene una vibra contemplativa, con guitarras suaves y una voz que parece más una plegaria que una interpretación. No es un tema de impacto, pero sí uno que puede quedarse flotando después de escucharlo. Si uno se deja llevar, hay algo en su simpleza que toca fibras profundas.

Arquero – “Dolores Lindos”

Con una base liviana y un aire despreocupado, Arquero canta una letra que, si se escucha con atención, es todo lo contrario: melancólica, reflexiva y cargada de sinceridad. 

La participación de Sebastián Teysera (La Vela Puerca) le da un peso simbólico a esta canción que mezcla rap, pop y algo de rock suave. Hay algo muy uruguayo en la forma de decir las cosas sin dramatismo, pero con profundidad. “Dolores lindos” es una canción de desamor que no se victimiza, que camina triste pero bailando y eso la hace mucho más potente.

Militantes del Clímax – “SAME”

Militantes del Clímax ya no tienen nada que demostrar. Con “SAME” siguen haciendo lo que mejor les sale: rap con funk, con viento, con cuerpo y con calle. La base suena redonda, los vientos levantan el tema desde el primer segundo y las letras se mueven entre la crítica, la ironía y el ritmo pegajoso.

Hay una energía que se contagia, como si lo que escuchás fuera solo una muestra del fuego que prenden en vivo. Música hecha desde Buenos Aires, pero con alcance y estilo que no tiene fronteras.

Ratfink! – “Gay Song”

Con una guitarra suave como fondo, “Gay Song” se convierte en una confesión honesta sobre crecer siendo diferente en un entorno hostil. Ratfink!, dúo formado por Liv y Raph, construye una pieza sencilla y directa, que no necesita más que su propia verdad para conmover. 

La voz se siente frágil y cercana, como si te estuvieran hablando desde el cuarto de al lado. Es una canción que no busca la lástima ni el aplauso, sino simplemente ser contada. Y ahí está su fuerza. En medio de un mundo que grita, Ratfink! elige hablar bajito, pero sin miedo.

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