Damián Riquelme
03 Jul

Desde el synthrock oscuro hasta el blues filosófico, pasando por beats tribales y punk confesional. Estos cuatro artistas no se parecen en nada, pero todos comparten algo clave: hacen música con una intención clara, ya sea para liberar, sanar o simplemente decir lo que no se puede callar. 

RedLight – "Les Dérives"

Desde Francia llega RedLight con un tema que tiene mucho de oscuridad elegante y una vibra bastante introspectiva. “Les Dérives” es su primer tema en francés, y eso ya le da un plus emocional. La base está construida sobre un moog que marca el ritmo desde abajo, mientras la guitarra suma riffs bien marcados. Pero lo que más destaca es la voz grave, tranquila, casi como si estuviera contando un secreto en la penumbra.

Musicalmente es un tema que no intenta explotar ni ser pegajoso, va más por el lado de crear ambiente, de generar esa sensación de ir flotando en algo denso pero envolvente. Tiene un aire entre synthpop y rock alternativo, pero con una producción que sabe dejar espacio para que cada elemento respire. Ideal para escuchar en auriculares caminando de noche, cuando no querés hablar con nadie y necesitás un sonido que te entienda.

Senior Dunce – "Bestial"

Senior Dunce no solo produce música, también produce preguntas. En “Bestial”, se mete de lleno en los instintos, en eso que muchas veces queremos esconder. El track tiene una base electrónica con toques tribales que te lleva sin preguntar. El ritmo es constante, el bajo es envolvente, y todo está pensado para que el cuerpo se mueva aunque la cabeza esté pensando.

Lo más interesante está en la interacción vocal, Cheshy canta con soltura y estilo, mientras Gimpado aparece con una voz más directa, casi hablada. Juntos generan una dinámica que evita que el tema se vuelva monótono. La letra habla de aceptar lo que somos, sin moralinas ni disfraces. No se trata de justificar, sino de dejar de negar. Es un tema que es esos que terminás agradeciendo por haber escuchado.

Saint Nick the Lesser – "21 Minutes"

Este tema es un golpe directo al pecho. “21 Minutes” no decora nada, va de frente con una letra que habla de un intento de suicidio y todo lo que pasa por la cabeza en esos minutos clave. Las imágenes son duras, pero no están ahí para impactar, sino para mostrar una verdad que muchos prefieren evitar. La frase sobre las cicatrices como recordatorio de que uno fue suficiente pega fuerte, porque no está escrita para gustar, sino para sacar algo de adentro.

La instrumental mezcla folk-punk con pop-punk sin sonar forzado. Las guitarras tienen un empuje constante, y el banjo suma una calidez que equilibra la tensión. Todo tiene un aire urgente, como si el tema se hubiera escrito y grabado en una sola toma. La producción acompaña bien, sin recargar. Es una canción que no se olvida fácil y que, si alguna vez pasaste por un pozo, te puede hacer sentir menos solo.

Shyfrin Alliance – "In the Shadow of Time"

Este tema es otra cosa. “In the Shadow of Time” mezcla rock con blues clásico, pero lo que realmente lo hace distinto es el concepto. Shyfrin, que tiene una vida bastante intensa entre ciencia, espiritualidad y arte, usa la música como forma de explorar ideas profundas, como el tiempo. Su voz tiene un tono narrativo, casi como si estuviera contándote algo al oído en un bar con poca luz.

La canción avanza con calma, con una base que no busca deslumbrar sino acompañar una letra cargada de preguntas existenciales. Es música para escuchar con atención, más cerca del teatro que de la pista. Lo interesante es que no cae en lo solemne, sino que mantiene una simpleza que lo hace más cercano. Si sos de los que se quedan pensando en todo lo que no entienden del mundo, este tema te va a hablar en tu idioma.

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