Bastien Pons compositor y fotógrafo francés llega con su album debut "Blinded", un trabajo que apunta a lo sensorial, a lo crudo, a esa frontera entre el sonido y el silencio donde lo que importa no es lo que se dice también lo que se sugiere. El resultado es un álbum denso, lleno de texturas rugosas, espacios grises y momentos más a observar que a interpretar.
En “Black Clouds”, la voz distorsionada de Frank Zozky parece surgir desde lo profundo de una radio abandonada. Hay algo en la repetición, en los ruidos que gotean por detrás que deja la sensación de estar atrapado en un pensamiento obsesivo.
“Blinded”, el tema central, con ruidos ásperos, casi metálicos que suenan como si algo se estuviera descomponiendo frente a uno. “I Did Not Kill Her” es más directo, casi como un testimonio confuso, sucio, encerrado.
Y “Et Si Un Jour”, que cierra el disco con la participación de Paz, funciona como una plegaria sin fe, donde lo espiritual se mezcla con la desesperanza.
Lo más llamativo es cómo logra que cada tema parezca un lugar físico. Algunos se sienten amplios, vacíos, otros son cerrados, incómodos, llenos de detalles que sólo se notan si se escucha con atención. Es un disco que exige tiempo y disposición, no va a sonar bien en segundo plano, hay que entregarse.
No recomendaría este álbum a alguien que busca entretenerse pero si estás en un momento de introspección, si necesitás habitar un espacio ajeno para pensar el tuyo, "Blinded" es ideal.
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