Rosetta West es una banda de Illinois que lleva años construyendo su propio camino. Su música parte del blues rock, pero se enriquece con elementos de psicodelia y folk global, siempre con letras que exploran lo espiritual y lo oscuro.
En "God of the Dead", su nuevo álbum, la banda despliega una variedad de estilos y sonidos, mostrando una mezcla de intensidad y momentos más pausados que reflejan una búsqueda constante.
El disco comienza con “Boneyard Blues”, que introduce un sonido pesado y denso, con guitarras y batería que imponen un ritmo firme y persistente.
Luego, canciones como “Underground” y “I Don’t Care” traen una energía más cruda y directa, con un tono casi punk que contrasta con otras piezas más calmadas como “Baby Come Home” o “My Life”, donde predominan el piano y las guitarras acústicas, pero sin perder la carga emocional que mantiene el disco. “Midnight” e “Inferno” cierran con capas de ruido y tensión, cerrando el álbum con fuerza.
El conjunto es amplio y diverso, no siempre fácil de seguir, pero con una coherencia interna que revela un propósito claro. Expone sin filtros y con honestidad ese impulso de crear desde la autenticidad. Es un disco que pide tiempo y atención, y deja una marca que permanece después de escuchar.
Tiene un peso real y una personalidad fuerte que vale la pena descubrir.